domingo, 15 de marzo de 2015

Marta Gutiérrez Nievas 3ºA

Título: El misterio de la mujer autómata.
Autor: Joan Manuel Gisbert.
Editorial: SM
Nº de páginas: 188
Resumen: Hans Helvetius, junto con sus dos ayudantes, era un automatista. En una exhibición, Grasset que era el organizador,  quedó impresionado y quiso hacer un contrato con él. Hans miró a la mujer autómata y le dijo que no se preocupase que en unos días volvería con él.
Un día Julien Barois le hizo un encargo a Hans Helvetius, debía fabricar de una figura de cera convertirla en mujer autómata. Hans se la quedó para investigarla, pero sospechaba un poco de Barois. A los pocos días este hombre le quiso entregar todo el dinero, pero él  lo rechazó y le dio unos días para que lo pensara mejor. Hans fue en busca del magistrado Menjoul para pedirle opinión y le ayudase con este problema.
El ayudante de Helvetius vino corriendo a decirle que la muñeca de cera había desaparecido. Hans volvió a contárselo de nuevo a Menjoul y éste le dijo que lo demandase. Fueron a reconstruir los hechos. 
Por la noche, Hans escuchó un ruido extraño en el trastero, bajó y vio que estaba allí la muñeca de cera. Cuando volvió a subir a su habitación, se encontró a una mujer. Ella le contó que en un accidente que hubo un incendio se le quemó el rostro. Hans quiso verlo y se sorprendió al ver que se parecía mucho a la muñeca de cera.
Hans se fue a hablar con Menjoul, y los ayudantes se quedaron a ordenar todo aquello. La mujer, para que no la descubrieran, se metió donde estaba la figura de cera y como no cogían las dos, la desalmó en siete partes. Ella se puso el sombrero y el velo de la muñeca y se puso rígida. Cuando los ayudantes abrieron la puerta no sospecharon nada y creyeron que era la muñeca. La mujer en un descuido se fue corriendo a la habitación de Hans y se metió en el armario. Por la noche se pasó a la cama de Helvetius y se quedó dormida. Cuando llegó Hans la vio y le dijo que no se preocupara que se quedara allí. Esta mujer convenció a Hans que fabricara a la mujer autómata. Helvetius se lo contó al magistrado Menjoul y a su ayudante Mahot y le dijo que dentro de tres meses que pusiera la demanda que es cuando tendría que entregar a la mujer autómata y así poder descubrir la verdad.
Cuando la mujer autómata  estaba terminada, la robaron y eso hizo que  Hans Helvetius, Mahot y Menjoul fueran a un palacete donde las familias con dinero iban a hacerse sesiones curativas. Hans se hizo pasar por el marqués de Vignebleue. Cuando logró entrar vio a la mujer autómata, pero no era nada más que una mujer de carne y hueso y descubrieron que todo era un engaño. Los policías detuvieron a Baden, que engañó a mucha gente y a Eugénie Valmont era la mujer que había sido modelo para el autómata y así se encontró a la auténtica mujer autómata. Cuando murió Baden, Valmont se arrepintió de lo que había hecho, entonces la mandaron a un convento. El automatista se trasladó con Claire Amiens que en realidad era Valmont. Ella murió en 1848. Hans Helvetius presentó su gran teatro mecánico y se hizo muy famoso.

Opinión: Está bien el libro, a mí me gustó. Es un poco lioso y algunas palabras son difíciles de entender.

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